domingo, 1 de agosto de 2010

LA CUENCA DEL TUMAQUE Y LA EXISTENCIA DE DUACA

Publicado en EL PUEBLO / El Semanario de Duaca 17-23 julio. Edición No. 5

Cuando abandonamos la Ciudad de Duaca en dirección sur-este, nos encontramos con uno de los paisajes más hermosos, de los muchos que rodean esta bella población. Nos estamos refiriendo a la cuenca alta de la quebrada Tumaque, cuya superficie, medida a la salida de la cuenca en las inmediaciones del Sector Tumaque Abajo, posee una superficie de 2.350 hectáreas y cuyo desarrollo altimétrico se establece en el rango de los 940 y 1.400 metros sobre el nivel del mar, para una longitud del cauce que oscila alrededor de los 11,54 kilómetros.

La zona identificada anteriormente conforma un espacio geográfico de vital importancia para el mantenimiento de una vasta población rural asentada en la misma, posibilitando también el mantenimiento del desarrollo urbano-rural del Municipio Crespo, por cuanto de allí se derivan los recursos hídricos que alimentan el acuífero Duaca-El Eneal, única fuente de abastecimiento de agua de la cual se surten las capitales de las dos parroquias que conforman el Municipio (Freitez y José María Blanco) y las comunidades aledañas, además de proporcionar agua potable a las poblaciones que se localizan a lo largo de la vía que comunica El Eneal con Tamaca, perteneciente esta última al Municipio Iribarren.

Dada la importancia estratégica que posee el espacio señalado en la producción de agua con fines de abastecimiento urbano, es necesario y urgente acometer medidas de mitigación que, paralelamente con el uso adecuado de los recursos naturales por parte de los agricultores asentados en la cuenca, garanticen la suplencia de agua en el eje mencionado, dada la existencia de un déficit marcado de agua, producto de una precipitación limitada.

En la parte alta de la quebrada Tumaque, se localizan algunos sectores que muestran un daño fácilmente identificable, dada la utilización de suelos con fines agrícolas en altas pendientes, mayores éstas al 100%, proliferando el establecimiento de cultivos desnudos, como es el caso del tomate y pimentón. Esta situación evidencia un inadecuado manejo de los recursos naturales renovables ante la pasiva inercia de los entes gubernamentales competentes.

La situación anterior se agravó en el mes de marzo del presente año, cuando los pobladores del lugar denuncian varias afectaciones de los recursos naturales, localizados en la parte alta de la quebrada, en las cercanías de la comunidad de Los Volcanes, precisamente en donde se ubican los primeros nacientes de dicha quebrada.

El 22 de Marzo del corriente año, se realizó una inspección al sitio, alrededor del cual se encuentran asentadas las comunidades de Los Volcanes, Quebrada de Oro, Santa Cruz, San Miguel y Tumaquito, pudiéndose constatar que en la parte alta del Caserío Los Volcanes, conocida como La Montaña de la Cruz Blanca, en la orilla de la Quebrada Tumaque y al lado de nacientes de agua, se efectuó una indiscriminada tala y quema de árboles en terrenos de altas pendientes, lo que indudablemente trae como consecuencia la erosión progresiva del suelo y la disminución de apreciables porcentajes de agua que se infiltrará para alimentar la escorrentía subsuperficial y subterránea propia de una cuenca de tales características.

Es conveniente resaltar que las afectaciones de los recursos naturales en la cuenca alta de la quebrada Tumaque, representan hechos continuos en el tiempo, lo que aunado a la poca asistencia técnica brindada por los organismos involucrados en la preservación de dichos recursos, ha generado un deterioro sucesivo que se observa a simple vista. Los daños puntuales identificados, conjuntamente con las afectaciones ocurridas recientemente en diferentes puntos de la cuenca Los Volcanes y microcuencas vecinas, representa una superficie aproximada de 50 hectáreas.

En este sentido se destaca también la deforestación realizada en las nacientes de la quebrada Grande de San Miguel, con la finalidad de establecer cultivos hortícolas, casualmente localizada en la porción aguas arriba de la toma del acueducto de la comunidad de San Miguel, con las consecuentes secuelas en la contaminación de la fuente de agua de una importante comunidad.

Ante esta situación irregular, los crespenses y los que nos consideramos como crespensesmetidos debemos permanecer alerta, pendientes de lo que pueda ocurrir con nuestra cuenca madre, para lo cual continuaremos insistiendo con el tema, en estas páginas que nos brindan su acogida.

Ing. Agr. Jesús Dugarte

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