domingo, 1 de agosto de 2010

LA CRISIS DE LAS AGUAS RESIDUALES EN CRESPO

Publicado en EL PUEBLO / El Semanario de Duaca 31 julio-6 agosto. Edición No. 6

La extensión de la vida del hombre en el planeta tierra siempre pasa por la observancia de las mejores condiciones para plantar sus vivencias y es así como en el desarrollo de las grandes y pequeñas civilizaciones, encontramos que el destino del hombre va de la mano con el desarrollo de los servicios mínimos que hacen posible una vida digna, entre los que mencionamos como elemento esencial, el agua: dadora de vida.

Para dar pruebas irrefutables de la permanencia del agua en la vida del hombre, debemos recordar que en nuestro libro sagrado, la Biblia, aparece mencionada el agua más de trescientas veces y otras ochenta veces se menciona a la lluvia. La Biblia habla del agua de manera controversial, usándola como símbolo de destrucción (Génesis 6-9), limpieza (Éxodo 30:18), bendición (Jeremías 17:8) y necesidad espiritual (Salmo 42).

Ante la presencia de esta gran sabiduría, ¿Cómo podremos catalogar la situación por la que atraviesa actualmente el Municipio Crespo con respecto al agua, como servicio primario de distribución del recurso en cantidad y calidad adecuada? , o en la otra vertiente ¿Cómo podremos calificar a la incapacidad gubernamental para hacer posible que los servicios de limpieza o purificación de las aguas servidas actúen de la manera adecuada?.

Recordamos a nuestros lectores lo que significa el servicio de las aguas residuales: son las aguas usadas en nuestros hogares, negocios, fábricas, etc. que conjuntamente con los sólidos se introducen en las cloacas y son transportados mediante el sistema de alcantarillado hasta los sitios en donde el agua debe ser depurada para que pueda ser vertida a los cauces naturales de nuestros ríos y quebradas, evitándose así afectaciones serias a la ecología y favoreciéndose un ambiente sano, tal como lo establece el artículo 127 de nuestra Constitución Nacional: “…Toda persona tiene derecho individual y colectivo a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado…”. “Es una obligación fundamental del Estado, con la activa participación de la sociedad, garantizar que la población se desenvuelva en un ambiente libre de contaminación, en donde el aire, el agua, los suelos, el clima, las especies vivas, sean especialmente protegidas, de conformidad con la Ley …”.

La situación irregular que se presenta en Duaca y comunidades vecina a la capital del municipio, es evidente. No hace falta acercarse hasta las propias estructuras conformadas por las lagunas de oxidación, entre otras, las de Duaca y El Eneal, para darse cuenta de que han llegado al colapso total. Basta atravesar por las cercanías del puesto de la guardia nacional en El Eneal o de la Aldea Artesanal Paso Real, para darse cuenta, por el ambiente de fetidez y pestilencia, que estamos en presencia de una anormalidad evidente.

Ni que decir de las comunidades y ambientes que rodean las lagunas de oxidación, graves perjuicios a la población que vive en sus cercanías: El Eneal, las comunidades del suroeste de Duaca, El Toro, Los Quemados, El Paují, donde se asientan seres humanos que merecen el respeto de las autoridades locales, regionales y nacionales, que se hacen de la vista gorda para solucionar los ingentes problemas que acarrean tales irregularidades: enfermedades, deterioro de su calidad de vida, amenazas sobre la sanidad del acuífero que nos provee del agua potable, proliferación de zancudos y otras plagas con las consecuentes consecuencias sobre la multiplicación de afecciones a la población, etc. y lo que es más grave, algunas de esas comunidades se ven obligadas, por la carencia o escasez del recurso, de proveerse del agua corriente de algunas fuentes superficiales, como es el caso de la quebrada El Toro o Nonavana, en su camino hasta desembocar en el río Turbio.

El conocimiento del problema contribuye con el despertar de conciencia ante la problemática planteada; no basta con la protesta puntual, la sociedad civil, estableciendo patrones amplios de Unidad Colectiva, efectiva en otros ámbitos del quehacer crespense, debe hacer sentir su voz y clamar en todas las instancias la solución del problema. Como nos repetía siempre nuestro apreciado Profesor de Edafología, el Dr. José Estrada, en nuestra Alma Mater, la UCV: a grandes problemas, grandes soluciones. Son esos los desagravios que deben practicar nuestras autoridades ante las grandes molestias que le ocasionan al ciudadano común. Y ante tanta inconciencia, ¿Quién le pone el cascabel al gato?.

Así es que, con la expectativa puesta en la solución del problema del agua residual en el Municipio Crespo, imaginemos que algún ente gubernamental despierte de su anomia y para no perder la esperanza, soñemos con la sabiduría bíblica en Ezequiel (47:9-12): “Por donde corra este río, todo ser viviente que en él se mueva vivirá. Habrá peces en abundancia porque el agua de este río transformará el agua salada en agua dulce, y todo lo que se mueva en sus aguas vivirá… Junto a las orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas no se marchitarán, y siempre tendrán frutos. Cada mes darán frutos nuevos, porque el agua que los riega sale del templo. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas serán medicinales. Que así sea.

Jesús R. Dugarte M. / zonum10@gmail.com

LA CUENCA DEL TUMAQUE Y LA EXISTENCIA DE DUACA

Publicado en EL PUEBLO / El Semanario de Duaca 17-23 julio. Edición No. 5

Cuando abandonamos la Ciudad de Duaca en dirección sur-este, nos encontramos con uno de los paisajes más hermosos, de los muchos que rodean esta bella población. Nos estamos refiriendo a la cuenca alta de la quebrada Tumaque, cuya superficie, medida a la salida de la cuenca en las inmediaciones del Sector Tumaque Abajo, posee una superficie de 2.350 hectáreas y cuyo desarrollo altimétrico se establece en el rango de los 940 y 1.400 metros sobre el nivel del mar, para una longitud del cauce que oscila alrededor de los 11,54 kilómetros.

La zona identificada anteriormente conforma un espacio geográfico de vital importancia para el mantenimiento de una vasta población rural asentada en la misma, posibilitando también el mantenimiento del desarrollo urbano-rural del Municipio Crespo, por cuanto de allí se derivan los recursos hídricos que alimentan el acuífero Duaca-El Eneal, única fuente de abastecimiento de agua de la cual se surten las capitales de las dos parroquias que conforman el Municipio (Freitez y José María Blanco) y las comunidades aledañas, además de proporcionar agua potable a las poblaciones que se localizan a lo largo de la vía que comunica El Eneal con Tamaca, perteneciente esta última al Municipio Iribarren.

Dada la importancia estratégica que posee el espacio señalado en la producción de agua con fines de abastecimiento urbano, es necesario y urgente acometer medidas de mitigación que, paralelamente con el uso adecuado de los recursos naturales por parte de los agricultores asentados en la cuenca, garanticen la suplencia de agua en el eje mencionado, dada la existencia de un déficit marcado de agua, producto de una precipitación limitada.

En la parte alta de la quebrada Tumaque, se localizan algunos sectores que muestran un daño fácilmente identificable, dada la utilización de suelos con fines agrícolas en altas pendientes, mayores éstas al 100%, proliferando el establecimiento de cultivos desnudos, como es el caso del tomate y pimentón. Esta situación evidencia un inadecuado manejo de los recursos naturales renovables ante la pasiva inercia de los entes gubernamentales competentes.

La situación anterior se agravó en el mes de marzo del presente año, cuando los pobladores del lugar denuncian varias afectaciones de los recursos naturales, localizados en la parte alta de la quebrada, en las cercanías de la comunidad de Los Volcanes, precisamente en donde se ubican los primeros nacientes de dicha quebrada.

El 22 de Marzo del corriente año, se realizó una inspección al sitio, alrededor del cual se encuentran asentadas las comunidades de Los Volcanes, Quebrada de Oro, Santa Cruz, San Miguel y Tumaquito, pudiéndose constatar que en la parte alta del Caserío Los Volcanes, conocida como La Montaña de la Cruz Blanca, en la orilla de la Quebrada Tumaque y al lado de nacientes de agua, se efectuó una indiscriminada tala y quema de árboles en terrenos de altas pendientes, lo que indudablemente trae como consecuencia la erosión progresiva del suelo y la disminución de apreciables porcentajes de agua que se infiltrará para alimentar la escorrentía subsuperficial y subterránea propia de una cuenca de tales características.

Es conveniente resaltar que las afectaciones de los recursos naturales en la cuenca alta de la quebrada Tumaque, representan hechos continuos en el tiempo, lo que aunado a la poca asistencia técnica brindada por los organismos involucrados en la preservación de dichos recursos, ha generado un deterioro sucesivo que se observa a simple vista. Los daños puntuales identificados, conjuntamente con las afectaciones ocurridas recientemente en diferentes puntos de la cuenca Los Volcanes y microcuencas vecinas, representa una superficie aproximada de 50 hectáreas.

En este sentido se destaca también la deforestación realizada en las nacientes de la quebrada Grande de San Miguel, con la finalidad de establecer cultivos hortícolas, casualmente localizada en la porción aguas arriba de la toma del acueducto de la comunidad de San Miguel, con las consecuentes secuelas en la contaminación de la fuente de agua de una importante comunidad.

Ante esta situación irregular, los crespenses y los que nos consideramos como crespensesmetidos debemos permanecer alerta, pendientes de lo que pueda ocurrir con nuestra cuenca madre, para lo cual continuaremos insistiendo con el tema, en estas páginas que nos brindan su acogida.

Ing. Agr. Jesús Dugarte