lunes, 14 de diciembre de 2009

EDITORIAL DEL MES DE DICIEMBRE (AÑO 1 No. 8)

LA TREGUA NAVIDEÑA

Históricamente el concepto de tregua que hace referencia, según la Real Academia de la Lengua, a la suspensión temporal de los enfrentamientos entre países que están en guerra, ha sido utilizado desde la antigüedad para establecer instantes de paz, tan necesarios para que los seres humanos podamos respirar signos de tranquilidad y así despejar la presión psicológica que nos hayan producido los acontecimientos desagradables.

En esta Venezuela convulsionada por los eventos de diversa índole que nos circundan, necesitamos de muchas treguas: en la familia, en las comunidades, en las instituciones, en la escuela, en fin, en todos los espacios en donde nos desenvolvemos. Aún cuando en sus orígenes el término tregua tenga relación con la suspensión o cesación de hostilidades entre dos ejércitos adversos en un teatro de guerra, desde el punto de vista simbólico y en la vida cotidiana, se utiliza ampliamente para denotar descanso, alivio y también espera o aplazamiento de algún asunto importante.
El sentido de lo que significa la navidad como tiempo de tregua ha quedado registrado con el famoso hecho denominado “Tregua de la Navidad”, ocurrido durante la Primera Guerra Mundial, en diciembre de 1914, donde los dos bandos en conflicto, alemanes e ingleses, iniciaron simultáneamente la entonación de unos cánticos navideños. Más adelante, un soldado alemán se atrevió a cantar noche de paz de pie, convirtiéndose en un blanco perfecto. Para horror de muchos, al poco tiempo un grupo de soldados alemanes comenzó a caminar por la tierra de nadie con las manos en los bolsillos, desarmados. Nadie les disparó. Estas pequeñas muestras de cordialidad se fueron repitiendo por todas partes, en la mayoría de los casos los alemanes y británicos se daban la mano y acordaban una tregua informal para el día siguiente. Lejos de permanecer en sus trincheras a descansar, ambos bandos se acercaron y continuaron confraternizando. Se sacaban fotos y conversaban. Rápidamente se organizaron partidos de fútbol con latas en lugar de pelotas, y cascos como arcos. Un soldado escocés sacó a relucir un verdadero balón y se organizó un partido más oficial, que aparentemente los alemanes ganaron por 3 a 2. Ni siquiera en estos encuentros relucía la agresividad previa, y se dice que se jugó con mucha caballerosidad; si había algún caído por una jugada fuerte, los adversarios lo ayudaban a levantarse.
Esos ejemplos muy humanos nos convencen que compartimos los mismos espacios terrenales, respirando el mismo aire que nos rodea y que en la medida en que llevemos esas experiencias a nuestra vida personal, podremos aliviar nuestras angustias y encontrarnos con aquellos con quienes hemos tenido divergencias, tratando de hablar sobre lo que nos une como humanos, con necesidades y prioridades similares. En la medida en que transmitamos la paz y armonía en este período navideño, podremos analizar las cosas que nos separan con más calma, abriéndonos al campo de la tolerancia, al entendimiento mutuo, a la unión espiritual con nuestros familiares, amigos, conocidos, tendiendo puentes de comunicación con quienes piensan diferentes a nosotros.

En estas fechas decembrinas, compartimos el impulso que nos brinda el espíritu de la navidad y deseamos a todos nuestros lectores una
¡¡FELIZ NAVIDAD Y UN PRÓSPERO AÑO NUEVO 2010!!.
Jesús Dugarte

BAJE AQUÍ EL PERIÓDICO DEL MES DE DICIEMBRE DE 2009

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